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El oro laminado, a diferencia del oro macizo, normalmente no se acepta en casas de empeño ni en compraventas como si fuera oro puro, ya que su valor no proviene de la cantidad total de oro en la pieza, sino de la capa sólida que lo recubre. Aunque visualmente pueda parecer idéntico al oro macizo y tenga gran durabilidad, en el mercado de empeños y compra de metales se considera una joya con valor estético y funcional, pero no como activo de fundición.

El oro laminado no es idéntico al oro macizo, pero su apariencia, brillo y textura pueden igualarlo al punto de que, a simple vista, es casi imposible diferenciarlos. La diferencia radica en su composición: mientras el oro macizo está formado enteramente por oro —generalmente de 18 o 14 quilates para mayor resistencia—, el oro laminado se crea al fusionar una capa sólida de oro de 18 quilates sobre un núcleo de metal resistente como titanio o acero. Esta unión a alta presión le da una durabilidad que supera con creces la de un simple baño de oro, evitando que se desgaste o pierda su color con el uso cotidiano. Con los cuidados adecuados, puede conservar su esplendor durante décadas, ofreciendo la presencia y el lujo del oro macizo a un precio mucho más accesible.

No, el oro laminado no es un baño de oro. La diferencia está en la forma en que el oro se une al metal base. En el baño de oro, la capa de oro es extremadamente fina y se adhiere mediante un proceso electroquímico, lo que hace que con el uso y el roce se desgaste rápidamente. En cambio, el oro laminado lleva una capa mucho más gruesa de oro de 18 quilates, fusionada a alta presión y temperatura sobre un núcleo de metal resistente como titanio o acero. Esto crea un blindaje sólido que mantiene el color, el brillo y la textura del oro italiano durante muchos años, incluso con uso diario, y evita que se pele o se oxide como ocurre con el baño de oro.

El oro laminado de buena calidad no se pela como ocurre con el baño de oro. La capa de oro que lo recubre es mucho más gruesa y está fusionada al metal base mediante presión y calor, lo que crea una unión sólida y duradera. Si la pieza es auténtica y se cuida correctamente, puede conservar su color y brillo durante décadas sin desprenderse. Solo un desgaste extremo, un mal uso o el contacto frecuente con químicos agresivos podrían afectar su superficie con el tiempo, pero en condiciones normales no se pela.

Sí, nuestras piezas de oro laminado resisten el contacto con el mar gracias a su capa sólida de oro de 18k fusionada sobre titanio, lo que evita que se pele u oxide. Sin embargo, para que conserven su brillo impecable por décadas, siempre recomendamos enjuagarlas con agua dulce y secarlas bien después de usarlas en la playa.